miércoles, 8 de julio de 2009

PREGUNTA Y RESPUESTA

PREGUNTA Y RESPUESTA


Me cago en lo establecido e invito a abonar las flores como subnormal. Soy mayoría, yo hago mis leyes. Partido: el Unicejo (al completo).

Si amo u odio doy razones de existencia. Aquello que siembro cosecho.

El niño de la mano de su padre, en un paseo de diez años, casi desde que nació le contaba su visión de las cosas por si a él le pudiera ser útil.

— Para sembrar es preferible preparar el terreno si deseas recoger algo interesado. No se puede desperdiciar la semilla, el tiempo, las esperanzas, las ilusiones. Si prefieres no actuar, si tus intereses son nulos, no sembrarás nada e intentarás vivir de la caridad del terreno, y te conformarás con aquello que vaya a tu mano. Si optas por sembrar, crearás un conflicto, porque puede que no recibas lo que siembres, sino lo contrario; puede que recibas en demasía y te sobrepase la responsabilidad acudiendo al desprecio, puede que en tu empeño de preparar el terreno quites valores superiores a tu imposición. Si optas por la sumisión en lo establecido y no actúas no intercedes, el terreno se ocupará de ti y te dará lo que corresponda a tu lugar. En su lugar nunca exigirás, y serás agradecido con tu parte. Tú serás la buena o mala cosecha de los intencionados sembradores, porque te acercarás a quien más te dé en calidad a tu gusto.

Un mosquito que revoloteaba por alrededor de ellos se decidió y se dispuso a coger lo que consideraba suyo. El manotazo del niño dijo que no. El niño se limpió la mano y siguió hablando al padre, ese padre imaginario.

— Hace treinta años que tengo diez. Antes de nacer he abierto las puertas a la muerte cada noche y no me ha querido. Parece que aún no reúno el conocimiento suficiente para el desprecio total de este nivel o mundo humano. Considero una inutilidad la existencia. Si hay un error, es justo al menos que se sepa, y no estar dando palos de ciego justificando o haciendo justo el odio, un odio que recae en la ignorancia del inocente, dando a entender que el ser humano es una máquina de reciclaje del odio.

<< Nada ni nadie tiene derecho a juzgarme salvo yo mismo, y hay algo que me usa. No tengo acceso mas que a la nada. De acuerdo. Si es ese mi acceso, quiero ser nada para no poder verlo, ni sentirlo, ni olerlo. No quiero compensaciones ridículas de gloria para que luego la nada se haga más y más grande. Este es un juego infantil y cruel, digno de un dios odioso y odiado. Puede que a alguien, algún espíritu tal vez, no le interese el juego, ya que más que juego parece una farsa.

<< Voy a ser culpable de que este mundo se haya adueñado de mí por el hecho de que un cuerpo necesita un siervo, un esclavo que sufra su desgarro continuo en una lucha entre dos términos. Desprecio profundamente ambas partes en conflicto. Deseo que cada parte vaya a su fin glorioso deseado y encuentre la nada, la paz. No quiero más. Presiento lo peor, y no lo quiero. No perdonaré algún posible intermediario en mi causa. Todo lo que intento describir se me vuelve automáticamente en contra. Soy un imbécil entre dos mitades de titán contrapuestas. Qué controversia tan extrema. Es increíble que sobreviva, pero aquí sigo, disputando y disputado sin desearlo. Que cada uno recoja lo suyo y cese ya esta estúpida lucha. Ya tengo más que suficiente. Sea cual sea la medida, mi voluntad es la inexistencia tal y como la conozco, tal y como la sufro.

<< Los que me circundan han cogido lo que no les pertenece. No importa; tarde o temprano lo perderán. Igual que yo no alargaré la vida de nadie más creándole la necesidad de servirme, quiero que eso mismo hagan conmigo. Igual que no quiero crear más falsas ilusiones en nadie, quiero que eso mismo me pase para que no se sientan y no me sienta engañado por mí ni por ellos. Lo que esperan y espero son falsas ilusiones. Es mejor cortar el sentimiento que se está creando. La petición está hecha.


Balbino

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