martes, 20 de enero de 2009

de mis Principios

Si ya no escribo para nadie, ¿quién compartirá conmigo el hallazgo de una vivencia? No, no escribo para mí, sino para mi gloria. Que sea bueno para que nadie lo lea.

Si ya no escribo para nadie, ¿ya tengo mi pequeña gloria? La opinión de alguien que lea hace ponerme en sus manos. No escribo para mí, por eso no quiero la gloria.

No me ganaré la vida con la vanidad o el desprecio. Es, sin embargo, necesario que escriba para alguien, para saber que yo también existo.

No discutiré con oídos sordos. Por eso no escribo ya para nadie. Tampoco para mí, ni para la ausencia de mi gloria.


Balbino

No hay comentarios:

Publicar un comentario